| |
IMPORTANTE
Antes de pasar a las áreas de los niveles escolares se sugiere repasar los
siguientes artículos que provee la Sociedad sobre el papel de la educación, el
equilibrio y la responsabilidad de cada uno ante Dios y los hombres.
-
Educación con un
propósito
-
¿Cuántos años de educación seglar es aconsejable que tengan los niños de
casas cristianas?
-
¿Le conviene la
escuela doméstica?
“Imparte conocimiento a alguien justo, y aumentará en saber.” (PROVERBIOS
9:9.)
1JEHOVÁ es un “Dios de conocimiento”. (1 Samuel 2:3.) Él educa a
sus siervos. Moisés predijo que algunos pueblos contemporáneos dirían de Israel:
“Esta gran nación sin duda es un pueblo sabio y entendido”. (Deuteronomio 4:6.)
Los cristianos verdaderos también deben ser personas informadas. Tienen que ser
buenos estudiantes de la Palabra de Dios. El apóstol Pablo mostró el propósito
de ese estudio cuando escribió: “No hemos cesado de orar por ustedes y de pedir
que se les llene del conocimiento exacto de su voluntad en toda sabiduría y
comprensión espiritual, para que anden de una manera digna de Jehová a fin de
que le agraden plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y
aumentando en el conocimiento exacto de Dios”. (Colosenses 1:9, 10.)
2 Para estudiar con miras a adquirir un conocimiento exacto de
Dios y de sus propósitos es necesario que tengamos por lo menos un mínimo de
educación. Pero muchas personas que han aprendido la verdad acerca de la Palabra
de Dios viven en países donde tuvieron poca o ninguna oportunidad de recibir una
educación adecuada. Estaban en desventaja. Para superar ese problema, el Cuerpo
Gobernante de los Testigos de Jehová ha dado instrucciones ya por muchos años de
que, donde sea necesario, se organicen clases en las congregaciones para
aprender a leer y escribir. Hace más de 30 años el periódico brasileño Diário de
Mogi publicó un artículo titulado “Testigos de Jehová hacen guerra contra el
analfabetismo”. Decía: “Un instructor capacitado se pone [...] a enseñar con
paciencia a otros a leer y escribir. [...] Los estudiantes, debido a las mismas
circunstancias que los impelen como ministros de Dios, tienen que mejorar su
conocimiento del lenguaje para poder pronunciar discursos”. Así se ha ayudado a
miles de personas por todo el mundo a ser buenos estudiantes de la Palabra de
Dios. Aceptaron esta educación básica con un propósito elevado.
Aptitudes necesarias para ser ministros eficientes
3 Los cristianos verdaderos se interesan en recibir educación,
no para su propia ventaja, sino para ser siervos de Jehová más eficientes.
Cristo dio a todos los cristianos la misión de “[hacer] discípulos de gente de
todas las naciones, [...] enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he
mandado”. (Mateo 28:19, 20.) Para enseñar a otras personas, los cristianos
mismos tienen que aprender primero, y para eso se requiere que tengan buenos
métodos de estudio. Tienen que poder examinar cuidadosamente las Escrituras.
(Hechos 17:11.) Para cumplir su comisión, también es necesario que sepan leer
con fluidez. (Véase Habacuc 2:2; 1 Timoteo 4:13.)
4 Como se mostró en el artículo anterior, hay buena razón para
creer que, en general, hasta los jovencitos del Israel antiguo sabían leer y
escribir. (Jueces 8:14; Isaías 10:19.) Los ministros cristianos de la actualidad
tienen que tomar notas nítidas a medida que testifican de casa en casa. Escriben
cartas, toman apuntes en las reuniones y hacen anotaciones en las publicaciones
que estudian. Para hacer esto nuestra escritura tiene que ser legible. Para
llevar los registros de la congregación es necesario tener por lo menos un
conocimiento básico de aritmética.
Ventajas de la educación apropiada
5 Es interesante que la palabra “escuela” viene de la palabra
griega skjo·lé, que originalmente significaba “ocio”, es decir, el empleo del
ocio o tiempo libre para alguna actividad seria, como el estudio. Con el tiempo
llegó a significar el lugar donde se estudiaba. Eso indica que en algún tiempo
solo la clase privilegiada —en Grecia y en la mayoría de los demás países— tenía
el tiempo libre para estudiar. La clase obrera generalmente permanecía en la
ignorancia. Hoy día en la mayoría de los países se concede a los niños y los
jóvenes el tiempo necesario para estudiar. Los jóvenes Testigos ciertamente
deberían comprar el tiempo oportuno para hacerse siervos educados y capacitados
de Jehová. (Efesios 5:15, 16.)
6 El adquirir un conocimiento básico de historia, geografía,
ciencia y otras materias ayudará a los jóvenes Testigos a hacerse ministros
equilibrados. En la escuela no solo aprenderán muchas materias, sino también a
estudiar. Los verdaderos cristianos no dejan de aprender y estudiar cuando
terminan su educación seglar. No obstante, el beneficio que deriven de su
estudio dependerá mucho de que sepan estudiar. Tanto la instrucción seglar como
la instrucción que reciben en la congregación les ayudará a desarrollar sus
capacidades de pensar. (Proverbios 5:1, 2.) Cuando lean podrán discernir mejor
lo que es más importante, lo que debe notarse y memorizarse.
7 Por ejemplo, el aprender otro idioma no solo mejorará la
capacidad mental de los jóvenes, sino que también los hará más útiles en la
organización de Jehová. En algunas de las sucursales de la Sociedad Watch Tower
hay hermanos jóvenes a quienes les ha beneficiado poder hablar o leer inglés con
fluidez. En realidad, todos los ministros cristianos deberían esforzarse por
expresarse correctamente en su lengua vernácula. Las buenas nuevas del Reino
merecen ser expresadas de manera clara y gramaticalmente correcta. En el mundo
hoy hay muchos jóvenes a quienes después de terminar sus estudios todavía se les
hace difícil escribir y hablar correctamente e incluso efectuar los más
sencillos cálculos aritméticos; y tienen solo un conocimiento muy limitado de
historia y geografía.
Educación apropiada
8 Por consiguiente, parece apropiado que ahora analicemos la
actitud que debe tener el cristiano para con la educación seglar. ¿Qué
principios bíblicos aplican a este asunto? En primer lugar, en la mayoría de los
países la sumisión a “César” requiere que los padres manden a sus hijos a la
escuela. (Marcos 12:17; Tito 3:1.) Al realizar sus tareas escolares, los jóvenes
Testigos deben recordar lo que dice Colosenses 3:23: “Cualquier cosa que estén
haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los
hombres”. Otro principio que aplica a este asunto es que los cristianos deben
poder mantenerse a sí mismos, incluso si son ministros precursores de tiempo
completo. (2 Tesalonicenses 3:10-12.) El cristiano casado debe poder mantener a
su esposa y a sus hijos, y tener un poco más para dar a los necesitados y para
apoyar la obra mundial de predicar. (Efesios 4:28; 1 Timoteo 5:8.)
9 ¿Cuánta educación debe recibir un joven cristiano a fin de
respetar estos principios bíblicos y cumplir con sus obligaciones cristianas?
Esto varía de país en país. Sin embargo, parece que en muchos países el nivel de
educación que se requiere para ganar un sueldo razonable hoy día por lo general
tiende a ser más alto que hace unos años. Informes de sucursales de la Sociedad
Watch Tower de diferentes partes del mundo indican que en muchos lugares es
difícil encontrar empleos que paguen sueldos razonables si el joven solo ha
recibido la educación mínima requerida por ley, y en algunos países es difícil
incluso habiendo cursado la secundaria.
10 ¿Qué se quiere decir por “sueldos razonables”? No se refiere
a sueldos muy elevados. El Diccionario Esencial Santillana define “razonable” en
este contexto así: “bastante, suficiente”. ¿Qué pudiera considerarse
“suficiente”, por ejemplo, en el caso de los que desean ser ministros
precursores de las buenas nuevas? Para ser precursor por lo general es necesario
conseguir un empleo de media jornada para no poner “una carga costosa” sobre los
hermanos ni sobre la familia. (1 Tesalonicenses 2:9.) El sueldo pudiera
considerarse “suficiente” si basta para llevar una vida decente a la vez que
permite el tiempo y las fuerzas que se requieren para cumplir con su ministerio
cristiano.
11 ¿Qué situación se presenta a menudo hoy día? En algunos
países muchos jóvenes han dejado de asistir a la escuela después de haber
recibido la educación mínima requerida con la buena intención de ser
precursores. No tenían ninguna preparación para desempeñar un oficio. Si no
recibían ayuda económica de sus padres, tenían que conseguir un empleo de media
jornada. Algunos han tenido que aceptar empleos en los que tienen que trabajar
muchísimas horas para mantenerse. Debido a que se han agotado físicamente, han
dejado el ministerio de precursor. ¿Qué pueden hacer para mantenerse
económicamente y servir de nuevo como precursores?
Un punto de vista equilibrado sobre la educación
12 Es bueno que tengamos un punto de vista equilibrado sobre la
educación. Para muchos jóvenes del mundo la educación es un símbolo de
prestigio, algo que les ayudará a ascender en la escala social, la clave de la
prosperidad y de un estilo de vida materialista. Para otros, la educación es una
tarea que hay que terminar lo más pronto posible. Ninguno de estos puntos de
vista es apropiado para los verdaderos cristianos. Entonces, ¿cuál es “el punto
de vista equilibrado”? Los cristianos deben ver la educación como un medio para
lograr un fin. En estos últimos días su propósito es servir a Jehová cuanto sea
posible y de la manera más eficaz. Si en el país donde viven la educación mínima
requerida o incluso los estudios de la escuela secundaria no les permiten
encontrar un empleo que les provea suficientes ingresos para mantenerse como
precursores, entonces pudieran considerar la posibilidad de recibir alguna
educación o preparación suplementaria. Este paso se daría con el propósito
específico de emprender el servicio de tiempo completo.
13 Algunos cristianos han asistido a cursos de preparación que
les han ayudado a conseguir empleos para poder emprender o continuar su servicio
de tiempo completo. Una hermana de las Filipinas era quien proveía para la
familia, pero quería ser precursora. La sucursal informa: “Ha logrado su meta
porque recibió más educación para trabajar de contable titulada”. El mismo
informe de la sucursal decía: “Tenemos bastantes hermanos y hermanas que están
estudiando y a la vez han hecho lugar en su horario para ser precursores. Por lo
general se hacen mejores publicadores, puesto que son más estudiosos, siempre y
cuando no se hagan demasiado ambiciosos y quieran progresar en el mundo”.
Debemos reflexionar sobre este último comentario. No debe perderse de vista el
propósito de adquirir más educación, en el caso de que sea necesario, ni tampoco
debe convertirse en una meta materialista.
14 En algunos países las escuelas secundarias proveen formación
profesional que puede preparar a un joven cristiano para desempeñar un oficio
después de graduarse. En países donde no hay tal provisión muchos jóvenes
emprendedores que solo han recibido la educación básica han encontrado empleo de
media jornada que les ha permitido ganar lo suficiente para ser precursores. Por
lo tanto, no debemos fijar reglas rigurosas ni a favor ni en contra de recibir
más educación.
15 Muchos de los que hoy sirven en puestos de responsabilidad
como superintendentes viajantes, en las oficinas centrales de la Sociedad o en
una de las sucursales solo recibieron una educación básica. Fueron precursores
fieles, nunca dejaron de aprender, recibieron instrucción, y se les han
encomendado responsabilidades mayores. No les pesa en absoluto haber obrado así.
Por otro lado, algunos de sus compañeros optaron por adquirir una educación
universitaria y se desviaron de la verdad, pues se dejaron influir por las
filosofías y la “sabiduría del mundo” que destruyen la fe. (1 Corintios 1:19-21;
3:19, 20; Colosenses 2:8.)
Calcule los gastos
16 ¿Quiénes deciden si un joven cristiano debería conseguir o
no más educación o preparación? El principio bíblico de jefatura entra en el
cuadro. (1 Corintios 11:3; Efesios 6:1.) Basándose en este principio los padres
deben guiar a sus hijos en cuanto al oficio u ocupación que escojan y también
respecto a cuánta educación necesitan. En muchos países es necesario decidir
estos asuntos con antelación mientras el joven está en la escuela secundaria. Es
entonces cuando los padres y los hijos cristianos necesitan buscar la guía de
Jehová para tomar una decisión sabia, manteniendo en primer lugar los intereses
del Reino. Los jóvenes tienen diferentes inclinaciones y aptitudes. Los padres
observadores las tomarán en cuenta. Cualquier trabajo honrado es digno, sea
manual o administrativo. Aunque el mundo tal vez ensalce el trabajo
administrativo y menosprecie el trabajo duro y manual, la Biblia de ninguna
manera apoya esa opinión. (Hechos 18:3.) Por lo tanto, si después de analizar
cuidadosamente y bajo oración las ventajas y las desventajas, los padres y los
hijos cristianos deciden a favor o en contra de seguir estudiando después de la
escuela secundaria, el resto de la congregación no debería criticarlos.
17 Los padres cristianos tienen la prerrogativa de decidir, de
modo responsable, si sus hijos seguirán estudiando o no después de la escuela
secundaria. El período de estudios variará según la carrera u oficio que se
escoja. Muchos padres cristianos han preferido que sus hijos cursen estudios de
poco tiempo en escuelas técnicas por razones económicas o para que puedan
emprender el servicio de tiempo completo lo antes posible. Algunos jóvenes han
trabajado como aprendices de algún oficio, pero siempre teniendo la meta de
llevar una vida de servicio pleno a Jehová.
18 Si se sigue estudiando, no debería ser con el motivo de
presumir de preparación ni de sobresalir en una prestigiosa carrera mundana. Los
cursos deben escogerse con cuidado. Esta revista ha recalcado correctamente los
peligros que encierran los estudios superiores, puesto que gran parte de la
educación superior está en conflicto con la “enseñanza sana” de la Biblia. (Tito
2:1; 1 Timoteo 6:20, 21.) Además, desde la década de los sesenta, muchas
escuelas de enseñanza superior han llegado a ser semilleros de inmoralidad y
desafuero. El “esclavo fiel y discreto” ha advertido enfáticamente acerca de
evitar ese ambiente. (Mateo 24:12, 45.) Sin embargo, también es cierto que ahora
los jóvenes afrontan esos mismos peligros en las escuelas secundarias, colegios
técnicos e incluso en el empleo. (1 Juan 5:19.)
19 Si se llega a la decisión de que el joven Testigo necesita
más educación, sería conveniente que la adquiriera, de ser posible, sin
marcharse del hogar, de modo que como cristiano pueda conservar sus hábitos de
estudio además de asistir a las reuniones y predicar. Desde el principio debe
mantener una posición firme basada en los principios bíblicos. Recordemos que
aunque Daniel y sus tres compañeros hebreos estaban cautivos en el exilio cuando
se les obligó a cursar estudios superiores en Babilonia, mantuvieron firmemente
su integridad. (Daniel, capítulo 1.) Muchos jóvenes Testigos de diversos países
que han mantenido en primer lugar los intereses espirituales, han asistido a
cursos que los han capacitado para trabajos de media jornada como contables,
comerciantes, maestros, traductores, intérpretes u otras ocupaciones que les
remuneren lo necesario a fin de dedicarse a su carrera principal, a saber, el
servicio de precursor. (Mateo 6:33.) Algunos de estos jóvenes posteriormente han
llegado a ser superintendentes viajantes o trabajadores voluntarios en Betel.
Un pueblo unido y educado
20 En el pueblo de Jehová toda persona tiene que ser estudiante
diligente de la Biblia y maestro hábil, prescindiendo de que realice trabajo
administrativo, manual o doméstico. Las habilidades que todos adquirimos por
medio de la lectura, el estudio y la enseñanza que recibimos tienden a disipar
las distinciones que hace el mundo entre obreros y profesionales. Como resultado
se fortalecen la unidad y el respeto entre todos, lo cual se observa de modo
sobresaliente entre los trabajadores voluntarios de los hogares Betel y de las
obras de construcción de la Sociedad Watch Tower, donde las cualidades
espirituales son los valores más importantes que se requieren. En esos lugares
el personal con experiencia en labores administrativas trabaja a gusto con
operarios hábiles, en un ambiente de amor y aprecio. (Juan 13:34, 35; Filipenses
2:1-4.)
21 ¡Padres, pongan ante sus hijos la meta de ser miembros
útiles de la sociedad del nuevo mundo! ¡Jóvenes cristianos, utilicen las
oportunidades que les presenta la educación como un medio para asirse más
firmemente de sus privilegios en el servicio de Jehová! Que todos ustedes, como
personas enseñadas, demuestren ser miembros bien preparados de la sociedad
teocrática ahora y para siempre en la “nueva tierra” que Dios ha prometido.
(2 Pedro 3:13; Isaías 50:4; 54:13; 1 Corintios 2:13.)
[Nota a pie de página]
Véase también La Atalaya del 1 de marzo de 1976, páginas 158-160.
w76 1/3 págs. 158-160 Preguntas de los lectores
Preguntas de los lectores
• ¿Cuántos años de educación seglar es aconsejable que tengan los niños de casas
cristianas?
A muchas casas cristianas les ha parecido aconsejable el que sus hijos se
aprovechen de la educación básica generalizada que se suministra en su país. Los
padres envueltos en la situación son quienes tienen la responsabilidad de
decidir sobre la naturaleza y alcance de este entrenamiento seglar.—Pro. 1:8;
6:20-22; Efe. 6:4.
Se requiere que los padres, junto con los hijos, “sean obedientes a los
gobiernos y a las autoridades.” (Tito 3:1) Esto incluiría el obedecer las
disposiciones reglamentarias del Estado en cuanto a la educación seglar. En la
mayor parte de los países el Estado exige que los estudiantes permanezcan en la
escuela hasta cierta edad, la cual puede variar de trece a dieciocho años. En
algunos países solo hay unos cuantos años de educación disponibles, y luego
queda de la familia hacer arreglos para el futuro del niño. En muchos casos esto
significa que al niño se le deja valerse por sí mismo. Pero siempre que la ley
estipule que los niños deben asistir a la escuela por determinado número de
años, los niños cristianos deben hacer esto, puesto que no está en pugna con
ningún otro mandato de la Biblia.—Mat. 22:21.
Las Escrituras encargan a los padres la responsabilidad de entrenar o educar a
sus hijos, y se requiere que los hijos sean obedientes a sus padres “en todo” lo
que no esté en pugna con los requisitos de Dios claramente expresados. (Col.
3:20; Pro. 4:1; vea también Hechos 4:18, 19.) Por consiguiente, mientras los
niños sean menores de edad, legalmente bajo el control de sus padres, o estén
viviendo en la casa familiar, y aceptando su sostén, están obligados a acatar
las decisiones de sus padres respecto a la cantidad de educación que se
considere bien que reciban. El mismo principio aplica cuando los padres, uno de
ellos o ambos, son incrédulos. Esto no significa que los hijos no pueden
considerar los asuntos con sus padres y hacerles peticiones, sino que están bajo
la obligación de respetar las decisiones del padre, o, en los casos donde no hay
padre en el hogar, de la madre.
Otro principio bíblico que debe considerarse es que los cristianos deben estar
equipados para sostenerse ellos mismos, y, en el caso de los varones casados,
mantener también a sus familias. (Efe. 4:28; 1 Tim. 5:8) Por esta razón, en
algunas comunidades, donde hay costos elevados envueltos con relación a obtener
las cosas necesarias de la vida, el tener más educación seglar quizás sea un
factor importante en ganarse la vida. Por lo general, a los padres y jóvenes
cristianos de zonas como ésas les ha parecido aconsejable usar el entrenamiento
seglar normal o generalizado que se ofrece; en los Estados Unidos, esto equivale
a lo que se conoce como educación de escuela secundaria.
Otro factor a considerar es el énfasis que Jehová da a su Palabra escrita, así
como la asignación que ha dado a sus siervos de ser predicadores y maestros de
“toda Escritura.” (2 Tim. 3:16, 17; Mat. 28:19, 20) Esto indica vigorosamente
que Jehová desea que todos sus testigos, jóvenes y viejos, lleguen a saber leer
y escribir. Deben poder leer bien la Biblia en su lenguaje vernáculo y expresar
su mensaje con afluencia y correctamente, tanto verbalmente como por escrito.
Pueden dar buen uso a la educación seglar para alcanzar esas metas
espirituales.—1 Cor. 2:13; Ecl. 12:10.
Además, la educación básica que ofrece el Estado seglar por lo general incluye
instrucción práctica en matemáticas, historia y cuidado de la salud. Muchas
escuelas seglares también ofrecen entrenamiento adicional, como en el uso de
herramientas y maquinaria, carpintería, instalación de equipo eléctrico,
reparación de automóviles, imprenta, artes locales, estudios de ciencia,
mecanografía, música y lenguajes. Y para las muchachas, ofrecen estudios
domésticos y entrenamiento en el cuidado de los niños. En vista de esta variedad
de estudios disponibles en muchos países, los muchachos y muchachas
adolescentes, bajo la dirección de sus padres, pueden determinar un programa de
asignaturas que hayan de aprender que haya de beneficiarlos más tarde. Unos
cuantos padres han pensado aconsejable el hacer arreglos para que sus jóvenes se
matriculen en cursos cortos de entrenamiento técnico en escuelas especializadas
de modo que adquieran destrezas en oficios, u otro conocimiento técnico, como en
el campo de la electrónica y las computadoras. Esto se ha hecho con el propósito
práctico de suministrarles un medio de sostenerse ellos mismos en el servicio de
Jehová.
Hoy, hay muchos siervos de Jehová que son adolescentes bautizados. Su estudio
personal, la preparación para las reuniones y la participación en la Escuela
Teocrática les ha suministrado un conocimiento fundamental de la verdad bíblica
para la predicación cristiana. También se han beneficiado de la educación en las
escuelas públicas. Pero, ¿hasta qué punto deben ir respecto a la educación
seglar? Difícilmente sería consistente el que cualquiera de estos jóvenes, de su
libre albedrío, siguiera extensos estudios seglares más allá de lo que requiere
la ley y lo que requieren sus padres. Según Primera a Timoteo 6:20 sería
imprudente el que uno llenara su mente de filosofías de hombres imperfectos: “Oh
Timoteo, guarda lo que ha sido depositado a tu cuidado, apartándote de las vanas
palabrerías que violan lo que es santo y de las contradicciones del falsamente
llamado ‘conocimiento.’” Por esta razón años de educación en colegios de
enseñanza superior pueden presentar lazos. Uno pudiera experimentar “un lavado
de cerebros” por las filosofías humanas de modo que se destruyera la fe en Dios
y la Biblia. (Col. 2:8) Muchos cursos de colegios de enseñanza superior y de
universidad tienen como base teorías falsas, como la de la evolución, que
sostienen al viejo sistema de cosas, el cual pronto pasará para siempre. (1 Juan
2:17) Una cantidad considerable de profesores no tienen fe en Dios ni en la
Biblia y activamente enseñan sus creencias ateas. Además, hay la influencia
corruptora que muchas veces tiene en la moralidad el ambiente de los colegios de
enseñanza superior, incluso el peligro de la afición a las drogas.
En la mayoría de los países las escuelas seglares, públicas y privadas, están
más llenas de desafuero, violencia y corrupción (y también drogas) de lo que
estuvieron hace años. Se reconoce que algunas escuelas son muy malas. Pero, ¿se
ha llegado a tal punto que a los jóvenes cristianos les sea imposible asistir a
las escuelas de sus comunidades? Esta es una pregunta que los padres mismos
tienen que contestar. Sin embargo, parece que ha habido una cantidad de jóvenes
cristianos que, al hacer campaña con ahínco a favor de dejar de ir a la escuela
tempranamente, han usado el espanto de la violencia y la inmoralidad para
presionar a sus padres de manera que les permitan salirse de la escuela. Han
inducido a sus padres, que se han hecho excesivamente protectores en compasión,
a convenir en sacarlos de estas escuelas básicas. En muchos casos esto ha
resultado en perjuicio para los niños.
La experiencia muestra que los jóvenes cristianos sinceros, con inclinación a
ser serios, que están bien entrenados en el hogar y han recibido buena enseñanza
espiritual en los principios bíblicos, por lo general pueden evitar los
problemas. Si ejercen cuidado para ocuparse en sus propios asuntos, encuentran
que pueden asistir con regularidad a la escuela con relativa seguridad. Esto es
especialmente así si están alerta para mantenerse fuera de dificultades, y no se
envuelven en deportes y otras actividades de grupo que no forman parte del plan
de estudios. También resulta en protección para ellos el dejar que brille su luz
cristiana, considerando a sus discípulos como su campo en el cual predicar las
buenas nuevas del Reino. Pero, ¿cuánta testificación en realidad efectúan los
jóvenes que dejan de ir a la escuela tempranamente? A menudo se ven sumidos en
la lucha por ganarse la vida, o se casan prematuramente y se encuentran con una
familia a la cual tienen que mantener.
En muchas congregaciones de los testigos de Jehová se ha averiguado que a los
pocos que no terminaron su educación seglar básica se les hizo más difícil
después hacer frente a los problemas de la vida, tener buen éxito en el servicio
de precursor o llevar las responsabilidades del matrimonio de modo apropiado
cuando éstas se presentaron.
No nos proponemos aquí promulgar reglas para las casas cristianas. Más bien, las
sugerencias se ofrecen como pautas. Que los padres y los jóvenes forjen planes
juntos para una adecuada educación seglar que capacite a los jóvenes a tratar
con sus intereses y metas en la vida de manera sana, honorable. Los jóvenes bien
entrenados de hoy día llegarán a ser los siervos de Jehová maduros, asiduos, del
mañana. Un punto de vista equilibrado en cuanto a la educación ahora puede
ayudar a hacer completo su disfrute del paraíso espiritual de Dios.
Ponga a prueba su memoria
· ¿Por qué se interesan los verdaderos cristianos en la educación?
· ¿Cuáles son los puntos de vista extremos en cuanto a la educación que deben
evitar los verdaderos cristianos?
· ¿Qué peligros que encierra el adquirir más educación deben tenerse presentes,
y qué precauciones deben tomarse?
· ¿Qué distinción mundana no debe existir en el pueblo de Jehová?
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué espera Jehová de sus siervos con relación al
conocimiento?
2. a) ¿Qué se requiere para adquirir un conocimiento exacto de
Dios? b) ¿Qué ha hecho el Cuerpo Gobernante a este respecto?
3, 4. a) ¿Por qué se interesan en la educación los cristianos
verdaderos? b) ¿Qué situación existía en Israel, y qué educación básica es
indispensable para los miembros de las congregaciones hoy día?
5. a) ¿Cuál es el origen de la palabra “escuela”? b) ¿Qué
oportunidad deben aprovechar los jóvenes?
6, 7. a) ¿Qué ventajas hay en recibir una educación apropiada?
b) ¿De qué maneras puede ser útil aprender otro idioma? c) ¿En qué situación se
encuentran muchos jóvenes hoy cuando terminan sus estudios?
8. ¿Qué textos bíblicos aplican a la educación seglar y al que
una persona pueda mantenerse a sí misma?
9, 10. a) ¿Qué tendencia se ve en muchos países? b) ¿Cómo
pudiera determinar un ministro precursor si cierto sueldo es suficiente o no?
11. ¿Por qué han dejado el servicio de precursor algunos
jóvenes, y qué pregunta surge?
12. a) ¿Qué dos puntos de vista extremos sobre la educación
evitará el cristiano? b) ¿Qué propósito debe cumplir la educación para los
siervos dedicados de Jehová y sus hijos?
13. a) ¿Cómo ha podido continuar su servicio de precursor y
cumplir con sus obligaciones de familia una hermana de las Filipinas? b) ¿Qué
advertencia es oportuna?
14, 15. a) ¿Por qué no debemos fijar reglas rigurosas respecto
a la educación? b) ¿Qué educación seglar recibieron algunos hermanos
responsables, pero cómo han sido recompensados?
16. a) ¿Quiénes deciden si un joven debe seguir estudiando o
no, y qué debe mantenerse en primer lugar? b) ¿Qué factores deben tomarse en
cuenta?
17. ¿Qué han escogido para sus hijos algunos padres
cristianos?
18. Si se sigue estudiando, ¿qué debe tenerse presente?
19. a) ¿Qué precauciones deben tener los que deciden que
necesitan más educación? b) ¿Cómo han usado algunos su educación para progresar
espiritualmente?
20. ¿Qué distinción mundana no debe existir en el pueblo de
Jehová?
21. ¿Cuál debería ser la meta de los jóvenes cristianos?
[Fotografía en la página 16]
Jóvenes cristianos que se aplican a los estudios pueden ser miembros más
útiles de la sociedad del nuevo mundo
[Fotografía en la página 19]
El motivo para adquirir más educación debería ser el deseo de servir mejor a
Jehová
- “SE TRATA de una extravagancia que se ha convertido en tendencia
nacional.” Así calificó recientemente la revista Time la escuela doméstica
en Estados Unidos, una tendencia creciente defendida por padres que piensan
que un niño puede recibir la mejor educación en su propio cuarto de estar,
no en el aula tradicional.
Aunque muchas personas todavía opinan que se trata de una idea excéntrica o
incluso revolucionaria, la escuela doméstica está ganando adeptos cada año.
Los investigadores afirman que el número de niños que reciben educación
escolar en el hogar ha pasado de aproximadamente quince mil en 1970 a
quinientos mil en 1990. Algunos partidarios de la misma afirman que más de
un millón de familias de Estados Unidos imparten la educación escolar a sus
hijos en casa.
También han surgido grupos de apoyo para los que reciben este tipo de
educación en Alemania, Australia, Canadá, Inglaterra, Japón y Nueva Zelanda,
lo que indica que el interés por la escuela doméstica se va propagando por
todo el mundo.
¿Por qué son tantos los padres que toman la decisión de impartir educación
escolar a sus hijos en el hogar? ¿Cuál es la eficacia de este tipo de
educación? ¿Le interesaría tener en cuenta esa opción en el caso de su
familia?
El concepto básico de la escuela doméstica no es tan radical como parece.
“El hogar, no la escuela, fue el sistema educativo original —apuntan Raymond
y Dorothy Moore en su libro Home-Spun Schools (Escuelas en el hogar)—. Hasta
el siglo pasado, la mayoría de los niños empezaban a ir a la escuela de los
12 años en adelante.”
Personalidades notables, como George Washington, Abraham Lincoln, Thomas
Jefferson, Thomas Edison y Albert Einstein, recibieron la educación escolar
en casa. En realidad, las leyes de asistencia obligatoria a la escuela no se
introdujeron en Estados Unidos hasta finales del siglo XIX. Por eso, según
la escritora Kerri Bennett Williamson, quien imparte educación escolar a sus
hijos en el hogar, hacer esto no es una simple manía reciente, sino una
“costumbre pedagógica antigua”. De hecho, era la costumbre de la mayoría de
las personas de tiempos bíblicos.
-
-
Por qué se hace
Resulta interesante que el National Catholic Reporter calcula que del 50 al
90% de los padres estadounidenses que optan por la escuela doméstica lo
hacen por motivos religiosos. A estos padres por lo general les preocupa
proteger a sus hijos de lo que consideran la influencia atea de la escuela.
“El elemento principal en el movimiento de educación escolar en el hogar es
la comunidad cristiana fundamentalista, que opina que se desacredita o se
ignora a la religión en las aulas”, dijo la revista Time.
Otros padres han sacado a sus hijos de las escuelas públicas para impedir
que se vean expuestos a influencias inmorales dañinas a una edad temprana.
“Por causa de la inmoralidad en las escuelas, estábamos perdiendo las
riendas de la situación —dijo un cristiano que hace años decidió que él y su
esposa se encargarían de la educación escolar de sus hijos en casa—.
Estábamos preocupados por los niños y por la lamentable situación de la
escuela.”
A veces los padres eligen la escuela doméstica más por razones educativas
que ideológicas. Están hartos de ver las aulas abarrotadas, bajos niveles
académicos y frecuentes problemas de seguridad en muchas escuelas públicas.
Desencantados por los resultados a menudo deficientes de la enseñanza
institucional, opinan que pueden ayudar mejor a sus hijos dándoles la
atención individualizada que permite la escuela doméstica.
Al explicar por qué algunas personas prefieren la escuela doméstica, el
libro Home Schools: An Alternative (Escuelas domésticas: una alternativa)
afirma: “Los padres que imparten educación escolar en el hogar se relacionan
al 100% con sus hijos, pues concentran su atención en educarlos”.
-
-
¿Funciona?
Los defensores de la escuela doméstica afirman que los niños aprenden mejor
en casa porque las lecciones se entremezclan con cada aspecto de la vida
diaria de la familia. “Muchas familias empiezan con un libro de texto de
matemáticas, pero luego descubren que se pueden aprender lecciones de las
experiencias de la vida diaria —escribe Jane A. Avner en School Library
Journal—. Hacer las compras y llevar el control de los cheques puede
contribuir, por ejemplo, a que los estudiantes entiendan cómo se ha de
administrar el dinero, mientras que las reparaciones en casa constituyen un
buen libro elemental de matemáticas.”
¿Cuál ha sido la eficacia de la escuela doméstica? Algunos estudios han
demostrado que los niños que la reciben por lo general obtienen
calificaciones iguales o superiores a la media nacional en los exámenes.
Pero tales resultados no demuestran necesariamente que los que han recibido
educación escolar en casa estén mejor preparados que los niños que asisten a
las escuelas convencionales.
“Las pruebas disponibles hoy no son concluyentes —comenta el libro The Home
School Manual (Manual de la escuela doméstica)—. El problema principal de
todos esos estudios es que las calificaciones obtenidas en los exámenes por
una proporción importante de los que estudian en casa no están a disposición
del investigador.”
“Apenas se dispone de prueba empírica” para demostrar de forma concluyente
que la escuela doméstica sea un sistema educativo superior desde el punto de
vista académico, explica The Home School Manual. Y añade: “Aunque los que
hacen los cursos escolares en casa por lo general obtienen buenos
resultados, sería necesario un programa de investigación adecuado para
mostrar que cualquier diferencia existente no se debe a otros factores”.
-
-
Todavía hay mucho escepticismo
La escuela doméstica también tiene detractores. Muchas autoridades escolares
han expresado su preocupación por la poca calidad de la educación conseguida
por la escuela doméstica. La revista Time lo expresó así: “Las buenas
intenciones no se traducen automáticamente en una educación sólida”.
Por ese motivo, los distritos escolares a veces no colaboran, o incluso
ponen obstáculos, cuando los padres comunican su intención de impartir
educación escolar en el hogar a sus hijos. Mientras que en los últimos años
algunos distritos escolares se han esforzado por colaborar más estrechamente
con las familias que emplean este sistema, otras autoridades educativas
siguen mostrándose escépticas. Tanto la National Association of Elementary
School Principals (Asociación nacional de directores de escuelas primarias)
como la National Education Association (Asociación nacional de educación) se
han opuesto a la escuela doméstica, pues temen que algunos padres no estén
capacitados para dar una educación adecuada. Según la postura oficial de la
National Education Association, “los programas de la escuela doméstica
no pueden proporcionar al estudiante una educación completa”.
Los defensores de la escuela doméstica afirman que los padres no necesitan
un título universitario para ser buenos profesores. “Los padres no tienen
por qué saber todas las respuestas para animar a sus hijos a buscar las
contestaciones a sus propias preguntas”, dice el libro Home Schooling—Answering
Questions (Educación doméstica: las respuestas). Se puede dirigir a los
niños a una fuente de información apropiada, y padres e hijos pueden
aprender juntos. Y cuando se requieran titulación o preparación especiales,
se puede contratar a profesores privados por horas.
Los detractores también afirman que los niños que reciben educación escolar
en el hogar están demasiado aislados y se les priva de interacción normal
con otros niños de su edad. Una vez más esta opinión ha sido contestada con
argumentos. “Estos niños no se hallan aislados desde el punto de vista
social —dijo Brian Ray, director del National Home Education Research
Institute (Instituto nacional para la investigación de la educación en el
hogar)—. Los niños que reciben educación escolar en el hogar por lo general
hacen visitas a zoológicos o museos de arte y juegan en la vecindad como el
resto de los niños. La noción de que están encerrados en un cuarto desde las
ocho de la mañana hasta las diez de la noche no tiene nada de cierta.”
-
-
¿Le conviene?
Impartir educación escolar en el hogar requiere, “además de valor, también
energía, inventiva y temple”, afirma Christianity Today. Por eso, si está
pensando en emplear este método, analice con realismo el compromiso que
implica. Se necesitará esfuerzo diligente y buena organización para
mantenerse al día con las tareas domésticas y otras responsabilidades
familiares a la vez que se suministra un programa académico diario para los
niños. “Quizás tenga que trabajar tanto que quiera dejarlo —dijo Ray—.
Resulta agotador.”
Después, averigüe cuál es la normativa sobre educación escolar en el hogar
que rige en su localidad. Por ejemplo, en Estados Unidos la escuela
doméstica es legal en los cincuenta estados, pero hay una variación
considerable en los niveles de regulación. En algunos estados, para enseñar
así a un hijo tan solo se ha de notificar al inspector local de educación y
rellenar un formulario de una página. En otros, el padre o madre ha de ser
maestro titulado. Determine cuál es la normativa local para que satisfaga
todos los requisitos legales.
Piense luego en el coste. Comprar el material escolar supone uno de los
mayores retos de la educación escolar en el hogar, en especial si los fondos
son limitados. “Usted es presa fácil de los proveedores de material
docente”, advierte A Survivor’s Guide to Home Schooling (Guía de
supervivencia para la escuela doméstica).
Aunque algunos proveedores cobran un precio módico por los derechos de
matrícula, el precio de otros programas de enseñanza en el hogar asciende a
cientos de dólares. El coste de los exámenes reglamentarios anuales que
tienen que hacer en algunos casos los que reciben educación escolar en casa
puede ser de hasta cincuenta dólares. Todos los años se necesitarán libros
de texto, fichas de trabajo y otros materiales nuevos, por lo que es
obligatorio ajustarse a un presupuesto de hogar-escuela preparado
cuidadosamente.
Desde luego, no todos los padres están dispuestos a emplear el tiempo, el
esfuerzo y el dinero que los expertos consideran necesarios para conseguir
que la escuela en el hogar sea un éxito, o no pueden hacerlo. “La escuela
doméstica no es para cualquiera —dijo una niña de 14 años que empezó su
educación escolar en casa cuando tenía 7 años—; se requieren las
circunstancias, las actitudes y los padres adecuados.” También se puede
añadir a esa lista la autodisciplina, tanto de los padres como de los hijos.
Un padre cristiano citado en los primeros párrafos comentó que para
conseguir que la escuela doméstica dé buenos resultados, “se requiere un
compromiso serio”, y añadió: “El verdadero desafío es ser capaz de dedicar
el tiempo necesario y seguir dedicándolo”.
Hasta los partidarios fervientes de la escuela doméstica admiten que esta
educación a veces se imparte de forma poco eficaz e incluso irresponsable.
De hecho, todos los años fracasan algunos intentos de enseñar a los hijos en
el hogar, por lo que se quedan con una preparación deficiente para
enfrentarse a futuros desafíos académicos.
Además, los padres no deben engañarse pensando que la escuela doméstica por
sí sola protegerá a sus hijos de las influencias inmorales de las escuelas
públicas. No hay forma de proteger a alguien de todo contacto con el mundo.
Hay muchos factores, además de la influencia de la escuela, que moldean el
pensamiento de un niño, entre ellos el ejemplo de los padres, las
asociaciones, el entretenimiento y el estudio personal y familiar de la
Biblia. Sin educación diligente en todos estos campos, ningún sistema
educativo resultará satisfactorio para la crianza de hijos cristianos.
Es cierto que algunos padres opinan que la escuela doméstica ha contribuido
al progreso espiritual de sus hijos. Pero no se debería olvidar que muchos
jóvenes cristianos que asisten a las escuelas públicas logran también un
buen progreso espiritual. En muchos casos, los padres han obtenido buenos
resultados al colaborar de cerca con el distrito escolar local para
asegurarse de que sus hijos reciban una educación de buena calidad.
Los padres, que son en última instancia los responsables de la educación y
preparación adecuadas de sus hijos, tienen que decidir por sí mismos qué
tipo de educación escolar creen más útil para la familia. Por eso, medite en
todos los factores cuidadosamente antes de decidir si está dispuesto a
afrontar el desafío de enseñar a sus hijos en casa.
[Comentario en la página 12]
“Los niños deberían seguir un horario como si asistieran a la escuela.”
C. F. L., padre que educó a su hija en casa
[Fotografías en la página 10]
-
-
Solo usted puede decidir qué es lo mejor para su hijo (a): asistir a una
escuela pública o privada, o recibir educación escolar en el hogar. Esta
información podría serle de utilidad para decidir bajo oración. También
asegúrese de lo que las leyes locales le permiten en materia de educación de
sus hijos antes de tomar cualquier decisión.
ÍNDICE
-
Educación con un
propósito
-
¿Cuántos años de educación seglar es aconsejable que tengan los niños de
casas cristianas?
-
¿Le conviene la
escuela doméstica?
|